Hermandad del Rocío de la palma del condado
Ubicado
en la céntrica Iglesia de Ntra. Sra. del Valle, el simpecado cuenta con
un varal de estilo barroco, ricamente ornamentado que le sirve de
sustento. Es una obra de 1937 confeccionado en tisú de plata con
aplicaciones del mismo metal sobredorado siguiendo el diseño de Santiago
Martínez, autor así mismo de la estampa al óleo de la Virgen del Rocío
que ocupa el medallón central.
En el reverso figuran dos cartelas con los escudos de María y de La Palma, enmarcadas por una cinta de plata que contiene la leyenda venturada todas las generaciones"evangélica". Me llamarán bienaventurada todas las generaciones".
Este simpecado peregrina hasta el Rocío en una soberbia carreta, valiosa obra de orfebrería, realizada en 1952 por Manuel Seco Velasco, según el proyecto de Joaquín Castilla. Se trata de una solemne y armoniosa pieza de metal plateado de elegantes proporciones, en la que predominan claramente las líneas clásicas.
La muy Ilustre, Antigua y fervorosa hermandad de Ntra. Sra. del Rocío de La Palma del Condado es la tercera en antigüedad entre las filiales de la Hermandad Matriz de Almonte. Su primer libro de acta conservado data de 1882, siendo su reglamento de 1885 el colofón de una devoción que se remonta, al menos, al siglo XVI como se indica en el mismo.
La
muy Ilustre, Antigua y fervorosa hermandad de Ntra. Sra. del Rocío de
La Palma del Condado es la tercera en antigüedad entre las filiales de
la Hermandad Matriz de Almonte. Su primer libro de acta conservado data
de 1882, siendo su reglamento de 1885 el colofón de una devoción que se
remonta, al menos, al siglo XVI como se indica en el mismo.
La
Hermandad de La Palma, realiza el camino hasta la aldea el viernes
antes de Pentecostés. Tras una noche la carreta expuesta en la Plaza de
España, ante la fachada de la iglesia parroquial y después de la misa de
romeros, comienza su peregrinar.
Una
multitud acompaña a La Palma en su único día de camino, palmerinos y
foráneos venidos para la ocasión desde distintas procedencias, acompañan
a la señera hermandad andando, a caballo y en carros, constituyendo un largo desfile alegre y colorista.
Otras
hermandades más recientes piden a menudo el madrinazgo de la de La
Palma para ampararse en los inicios de su historia rociera, compartiendo
incluso camino con ella en ocasiones, como lo hizo Canarias, Ronda o
Toledo, entre otras, o como actualmente lo hacen la de Palma de Mallorca
y otras asociaciones.
Momentos
destacados del camino son los pasos por los pueblos de Bollullos y
Almonte, donde la comitiva se reorganiza de manera especial, y sobre
todo la entrada al anochecer en El Rocío. La imagen de la inigualable
carreta de La Palma en las calles aledañas a su casa hermandad, rodeada
de miles de peregrinos que cantan y vitorean a la virgen arropando a su
simpecado, constituye una de las estampas clásicas de la noche del
viernes de romería.
Tras
participar en los actos propios de la misma, los palmerinos esperan
ansiosos la llegada de la virgen en procesión a su casa hermandad donde
el rezo de la salve constituirá el momento culminante de la romería.
El camino de vuelta, más tranquilo y sereno que el de ida, estará lleno de momentos entrañables. Mientras en el pueblo todo se prepara para recibir a su hermandad.